Como ya había mencionado antes, en todas las profesiones u oficios (todas las actividades que realiza el hombre), existe gente inmoral y gente moral, todos tenemos esa libertad tanto de elegir hacer lo “bueno” como de elegir hacer lo “malo”, según nuestro criterio.
En este caso hablaremos de política, y de la relación que tiene con la Ética. En Ética se trata de orientar al individuo a elegir lo que le conviene para vivir bien la vida humana, y en la política, se trata de organizar lo mejor posible a la sociedad, para que cada quien pueda elegir lo que le conviene.
Tanto la Ética como la política intentan el bienestar de la humanidad, pero de diferentes maneras. La política quiere que todos nos portemos bien, obedeciendo las reglas (leyes), y si es necesario tratara de obligarnos; la Ética también quiere que todos nos portemos bien, pero ella nos enseña a través de argumentos a elegir lo mejor para nosotros y para los demás. La política en sí, se relaciona con la Ética porque las dos están enfocadas a mejorar la vida del hombre en sociedad y como humano. Si la política tiene mala fama, es por esos políticos inmorales que prometen más de lo que pueden cumplir. A los políticos les sucede lo que a muchos de nosotros, están demasiado ocupados como para detenerse a analizar sus actos, se dejan llevar por un sistema de cosas ya impuesto desde hace mucho tiempo, que parece imposible de contrariar, dejándose arrastrar por la corriente como si perdieran la voluntad.
Yo se que suena imposible controlarnos a todos, pero los políticos deben hacer lo que la Ética. En lugar de querer controlarnos, ¿Por qué mejor no, nos convencen de elegir lo que nos conviene? Digo, si después de todo son bien buenos precisamente para eso, convencernos (con promesas que no pueden cumplir).
De alguna manera la libertad, la justicia y la asistencia, son la base para llevar una buena vida humana, y si queremos este tipo de vida no podemos pasar por alto estos valores.
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