Desgraciadamente vivimos tiempos difíciles, en los que cada vez más personas pierden la humanidad de la que se hace referencia en esta ocasión. Eso de procurarnos unos a otros, y de ordenar nuestras prioridades, algunos lo toman en otro sentido, yo diría que “en el mal sentido”.
Puedo entender lo que el autor trata de transmitir a sus lectores, tiene toda la razón en decir que si no naciéramos y viviéramos entre humanos hay muchas cosas que no aprenderíamos a hacer por si solos, (como comer, caminar o hablar) se podría decir que esas son unas de las tantas ventajas que nos benefician de nuestra cultura. Pero, como ya hemos visto anteriormente todo tiene su pro y su contra. Desafortunadamente para la humanidad no solo lo relativamente bueno se aprende, sino también lo relativamente malo, y tenemos tanta capacidad, tanto de hacer lo uno, como de hacer lo otro. Tal vez sea ahí en donde radican los problemas en la actualidad.
Ok, volviendo al tema, se trata de aprender a fomentar lo mejor que ya traemos desde el momento en que nacemos, “nuestra humanidad”, para llegar a ser humanos. Pero como todo en esta vida es un proceso, eso debería ser inculcado por nuestros padres desde pequeños ¿no? Bueno, aquí encuentro otra contradicción entre lo que menciona el autor y la vida real, ¿Cómo nos enseñan todo esto? Si cada vez hay mas y mas familias rotas en nuestra sociedad, y como consecuencia, los adultos están demasiado ocupados en la economía del hogar como para educar a sus hijos, y fomentarles es sentimiento de simpatía por el prójimo. Creo que mejor continuo leyendo porque ya me están surgiendo muchas dudas y la única manera de aclararlas es seguir con mi lectura. ¡Hasta el próximo capitulo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario